¿Has practicado alguna vez el injerto en el olivo? Es una técnica de cultivo muy antigua que se ha utilizado con el fin de reproducir todo tipo de árboles. En Fitoliva, te contamos toda la información sobre esta técnica, ya que en la actualidad, proliferan las diferentes variedades de aceituna, de esta manera, obtendrás la plantación de forma más rápida.
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Tradicionalmente se utiliza el acebuche como pie para el injerto del olivo. De esta forma, el olivo aprovecha la robustez de este.
En la actualidad, se enraízan las variedades directamente sin injertar y la técnica se utiliza solo para cambiar de variedad en árboles adultos. Sin embargo, conviene conocerla, pues sigue siendo una buena forma de aprovechar las características radiculares del patrón y las características aéreas de la variedad.Guía gratuita: Diversificación de cultivos para ser más rentable
El olivo, como otras especies arbóreas, puede reproducirse de forma sexual y vegetativa o asexual. En el primer caso, la reproducción procede de la semilla o hueso y se obtienen plantas diferentes entre sí. Se reproduce la especie, pero no la variedad.
La reproducción asexual o vegetativa es la que se consigue partiendo de una parte viva de la planta. Gracias a este sistema se logra reproducir la especie y también la variedad. Existen varios métodos para hacerlo: estaca, zuecas, retoño, micropropagación «in vitro», estaquilla semileñosa con nebulización e injerto. Estas dos últimas modalidades son las que más se emplean actualmente, pero en esta ocasión solo estudiaremos el injerto.
Podemos definir injerto como un modo de multiplicar las plantas introduciendo un trozo de rama o una o más yemas en otra planta. La yema o rama es el injerto, la planta que lo recibe es el patrón o portainjerto.
El objetivo que persigue el injerto es utilizar las características del patrón (vigor, enraizamiento, resistencia a la sequía…) y aprovechar las características de la variedad concreta a injertar. Por ejemplo, puedes utilizar el patrón de acebuche para injertar la variedad picual. El resultado es un árbol con la robustez del acebuche, pero con las características de la aceituna de la variedad, así como sus hábitos de crecimiento y producción.
Para sacar los injertos de los brotes o ramas de olivo se pueden usar tres tipos de yema: de madera, de fruto y latentes.
En la actualidad, los sistemas de injerto del olivo más utilizados son tres. La elección se hace en base al diámetro y la edad del patrón.
Se utiliza con patrones jóvenes de poco diámetro (entre 1 y 2 centímetros). Las ramas que se utilicen como injerto deben tener 1 año y proceder de la parte media del árbol. De este modo, evoluciona bien la primera yema vegetativa.
Este injerto consiste en hacerle una punta al injerto para insertarlo en el patrón. La longitud de la púa no debe ser mayor que la necesaria para llevar 2-3 yemas sobre el corte del patrón. La púa se colocará siempre de forma que su corteza y la del patrón coincida. En esa zona se realiza la soldadura o unión.
Si el injerto de púa se realiza cerca del suelo, debe atarse bien con rafia o cinta de plástico; después, crear un pequeño montículo de tierra que cubra hasta la última yema. Si se hace en una rama o parte del tronco y el injerto queda al aire, se cubrirá después con betún o mastic. La época para realizar este injerto del olivo es al principio del periodo vegetativo, entre febrero y abril según la zona.
Es un sistema sencillo que funciona muy bien si se usa como patrón una planta joven (1 o 2 años) o ramas de un árbol adulto (de entre 3 y 6 centímetros de diámetro). Si quieres usar como patrones troncos o ramas más gruesas este método injerto del olivo es más complicado.
La vareta para obtener los injertos debe tener entre 2 y 3 años de vida, para que carezca de hojas, ya que en estas ramas están constituidas las yemas latentes. El momento elegido para injertar varía de una zona a otra, pues influye la geografía y el clima:
Tanto en un momento como en otro, el patrón debe «estar en savia». Esto quiere decir que debe desprenderse bien la corteza y atarlo con cinta de rafia o plástico. El modo de hacer este injerto consiste en que se unan perfectamente el escudete con la incisión en forma de T que debe tener el patrón.
Este método de injerto del olivo es el mejor si lo que se busca es injertar en troncos o ramas de más de 6 o 7 centímetros de diámetro. De este modo, hay más superficie para poner el injerto y este puede crecer más. Es decir, se logra mayor superficie de contacto entre patrón e injerto, lo que permite colocar más yemas por injerto. Cuando se eligen las ramas o varetas debe tenerse en cuenta que su grosor sea proporcional al diámetro del patrón.
Se pueden emplear dos modos de realizar este injerto:
Tanto en el sistema de chapa como escudete, se deben destapar transcurridos 21 días desde el injerto. Las épocas del año para realizar este injerto son las mismas que en caso del injerto de Escudete.
Un olivo puede injertarse a partir de los 2 años de vida y hasta que alcanza los 200 años o má. El sistema de injerto que emplees dependerá de la edad del árbol y de su diámetro.
Preparar el patrón es necesario y fundamental para el éxito de la operación. En el caso del sistema de púa en olivos jóvenes de 2 o 3 años, no es necesario preparación previa.
En el caso del sistema de escudete o chapa, se deben sustraer las ramas situadas debajo de la zona a injertar y parte de las de arriba. Se puede dejar un «tirasavias» que se eliminará en el momento en que haya brotado el injerto
Los olivos de 15 a 20 años se aprovecharán para injertar en las 2 o 3 ramas principales y se eliminarán parte de las secundarias que salgan por encima del injerto. De este modo se logra concentrar más la savia en esa zona y mayor iluminación, imprescindible para que se dé la brotación y se desarrolle vegetativamente el injerto.
En los olivos más viejos se pueden aprovechar las primeras ramas secundarias para hacer el injerto. Cabe señalar que, siempre que sea posible, los injertos deben realizarse en la parte exterior del tronco o rama. De otro modo, se formaría una copa espesa que sería difícil de podar.
Por lo tanto, si quieres cambiar de variedad o preparar tu propio material vegetal para plantar nuevos árboles, te compensa conocer la técnica del injerto del olivo. Eso sí, independientemente del sistema que elijas, acabarás realizando varios, pues no todos tendrán éxito.
Como ves, el injerto es la forma más rápida de cambiar de variedad y aprovechar la estructura y características de un árbol borde o crear tus propias plantas con las características que te interesan.
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